La presencia musulmana en Brozas (II): la tragedia de los moriscos

Muy poco sabemos del recorrido histórico de Brozas tras la conquista cristiana a principios del siglo XIII, más allá de las primeras menciones a Las Broças como lugar dependiente de la villa y orden de Alcántara, y por tanto desconocemos si había un poblamiento islámico previo que fue absorbido por los nuevos dominadores del territorio.

Lo que sí sabemos es que Las Broças comienza a ganar importancia en el siglo XV debido al crecimiento de su población y al establecimiento en el lugar de algunas familias nobles. Es en este momento cuando conocemos la presencia de musulmanes en nuestro pueblo, sin duda relacionados con la importante aljama (comunidad musulmana) de la villa de Alcántara. De esta forma, en el reparto de impuestos realizado entre los musulmanes castellanos en el año 1491 se habla de el aljama de los moros de Alcantara con los moros de Las Broças e Ceclavin.

Lo cierto es que, apenas once años más tarde, en 1502, todos los musulmanes que residían en los reinos de los Reyes Católicos se enfrentaron a una terrible tesitura, y es que debían abandonar sus casas, sus hogares, sus pueblos y ciudades, sin llevar apenas nada consigo, porque no se permitía profesar ninguna otra religión que no fuera la católica, apostólica y romana. Eso sí, Isabel y Fernando fueron "misericordiosos": todo aquel que decidiera bautizarse, se podía quedar. 

El resultado fue que, frente a lo sucedido con los judíos unos años antes, cuando un porcentaje muy significativo prefirió abandonar España antes que renunciar a su fe, la inmensa mayoría de los musulmanes optaron por convertirse al cristianismo. A partir de ese momento, por tanto, dejaron de ser musulmanes para pasar a ser llamados "moriscos".

Eso fue lo que pasó en el caso de Brozas, donde apellidos de moriscos como Argüello, Villalobos o Monroy indican que los nobles broceños ejercieron en muchos casos como padrinos de los musulmanes en sus bautismos, tomando éstos sus apellidos. Poco más sabemos sobre la trayectoria de los moriscos de Brozas hasta la década de 1570; en 1568 los moriscos granadinos se rebelan contra Felipe II y, tras su derrota, son deportados por la Corona de Castilla. A Brozas, entonces ya villa y cabeza de partido, llegaron más de cien moriscos granadinos, muchos de ellos en condiciones lamentables; su número se fue reduciendo por las muertes y huidos, pero a principios del siglo XVII se habían integrado, trabajando como hortelanos o artesanos de distintos oficios y formaban parte de una comunidad morisca de casi trescientas personas.

La deportación no fue, sin embargo, el final de sus pesares. En las décadas siguientes se ejerció sobre ellos un férreo control, con dos recuentos (en 1582 y 1589) en los que los curas de las dos parroquias de Brozas debían anotar nombres, edades y oficios de todos los moriscos granadinos, además de su cumplimiento de las obligaciones religiosas; estamos ante un grupo bajo permanente sospecha por parte de las autoridades.

Esta situación desembocó, finalmente, en el decreto de expulsión emitido en el año 1609. Alegando la falta de integración de esta comunidad y las sospechas (infundadas) de estar en connivencia con el Imperio otomano, Felipe III ordenó la expulsión de los moriscos de todos sus reinos; la medida, absolutamente incomprensible desde un punto de vista demográfico y económico, ya que los moriscos constituían la mayoría de la población en Valencia y el sur de Aragón, así como en las villas extremeñas de Hornachos y Magacela, fue contestada en muchos lugares. 

La expulsión de los moriscos, dibujo de Vicente Carducho


En Brozas, por ejemplo, el concejo solicitó al Estado que el decreto no se cumpliese para los moriscos broceños "antiguos", es decir, los conversos a principios del siglo XVI, porque se les consideraba perfectamente integrados en la villa y ser muy importantes en su economía. Por desgracia, la petición fue rechazada y Brozas perdió de golpe un 5% de su población. Con ello terminaba la trayectoria histórica de un grupo unido a la historia de Brozas desde su origen.

¿Qué recuerdo queda de la presencia morisca en Brozas? Prácticamente nada, apenas el nombre de una calle, la Calle del Moro (hoy Obispo Merino) y poco más. Lo peor es que, además, existe hoy en día una tendencia a priorizar el recuerdo judío sobre el morisco, incluso en el caso de Brozas, cuando numéricamente no hay duda de que los musulmanes/moriscos fueron muchos más y tuvieron más importancia que los judíos. Quizás sea hora de recuperar la memoria de esos broceños que fueron obligados a abandonar su pueblo


Comentarios

  1. Feli ¿la calle Arrabalejo no estaría también relacionada con la presencia musulmana en Brozas?

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    1. No hay información al respecto, Ana; por ejemplo, en los censos de moriscos granadinos de finales del siglo XVI se les sitúa en el entorno de la iglesia de los Mártires, nunca tan lejos del casco urbano

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